El archipiélago de Fernando de Noronha tiene una historia que comienza hace más de 500 años. Originalmente conocido como Ilha da Quaresma en portugués, o, Isla de la Cuaresma, en español, este archipiélago fue avistado por diferentes exploradores portugueses entre los años 1501, 1502, 1503.
Un archipiélago formado por 21 islas e islotes, Fernando de Noronha ha servido de cuartel general a varias tropas militares durante la guerra, hasta que en 1954 se convirtió en el último fuerte cedido por los holandeses a los portugueses.
Abandonada y deshabitada por completo en 1763, la Compañía Francesa de las Indias Orientales tomó el archipiélago y lo rebautizó como Isla Dauphine. Sin embargo, un año después, se expulsaron a los franceses del territorio y la isla la ocupó Portugal. Fue entonces cuando se decidió proteger al archipiélago de futuros ataques, por lo que se construyeron estratégicamente diez fuertes, conectados por una red de caminos de piedra, en aquellas zonas que podrían verse amenazadas.
Y, a pesar de que Brasil consiguió independizarse en 1822, el archipiélago, en cambio, sufrió pocos cambios.
En el año 1988, con el fin de preservar y proteger el ecosistema marino y terrestre de Fernando de Noronha, tres cuartas partes del archipiélago fueron declaradas parque nacional marítimo. En 2001, junto con el atolón de Rocas, la UNESCO declaró al archipiélago como Patrimonio de la Humanidad.